Cuentan del gaón de Vilna que, antes de su muerte de este mundo, sostenía el tzitzis en su ropa y comenzó a llorar amargamente. Sus discípulos le preguntaron: Rabino, ¿por qué lloras? Después de todo, usted espera una gran recompensa en el mundo venidero y ¿de qué tiene miedo?
El rabino Eliyahu de Vilna les dijo: «Os explicaré por qué lloro».
Hoy estoy aquí en este mundo, donde puedo observar mitzvot y acumular más y más derechos. Puedo comprar tzitzis, usar en mi cuerpo esta prenda, y cumplir cada mitzvah tan precioso que la recompensa por ello es enorme, inconcebible en la mente humana. Ahora, en pocos días moriré y me libraré de este mundo, y ya no podré cumplir este precioso mandamiento. ¿Cómo no voy a llorar?
El mandamiento de Tzitzit se menciona varias veces en la Torá, y en una de ellas se trae a lo largo, cuando la Torá nos ordena atar tzitzit en cada prenda que tenga cuatro alas.
Está prohibido llevar una prenda con cuatro bordes y esquinas sin tzitzit, por ejemplo, si decides hacer un agujero en una toalla y llevarla puesta, tendrás que enhebrarla. En principio, el mandamiento de tzitzit se aplica sólo en la medida en que usamos una prenda de cuatro esquinas, y luego tenemos la obligación de enhebrarla. Sin embargo, debido al amor de nuestra mitzva y nuestro amor por el Creador del mundo que nos dio la Torá, tratamos de usar una vestimenta de cuatro esquinas en todo momento, y así cumplir con el importante mandamiento – Tzitzit.
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